Jesús Torres-Medina¹, Jorge Min Hui Zhou-Zhou¹.

TRANSLATED BY:
Gudrun Palomino-Tirado², Laura Copado-Jiménez², Elena Company-Campos², Amelia Perdigón-Hernández²,
Claudia Conde-Sánchez².

TRADUIT PAR :
Blanca Pulido-Fernández², Gracia Martín-Uceda², Nadège Palma-García², Abir Moustamia², Alberto Ruiz-Portero², Mario Sánchez-Cortés-Macías².

 

  1. Facultad de Medicina, Universidad de Granada (UGR).
  2. Faculty of Translation and Interpreting, University of Granada (UGR).

Resumen
Introducción
El uso de la shisha (también conocida en España como cachimba) está extendido mundialmente. Se encontraron revisiones sistemáticas sobre su uso (1), sobre sus efectos en la salud (2–4) y sobre el contenido en tóxicos del humo inhalado (5). Sin embargo, no se encontraron revisiones sistemáticas que recojan y analicen las falsas creencias sobre su consumo. Por tanto, es un tema poco estudiado que hace necesario describir estas falsas creencias para aumentar la evidencia en este ámbito y poder así ampliar el conocimiento sobre la cachimba.
Objetivo
Realizar una revisión sistemática sobre la existencia de falsas creencias/percepciones de la shisha entre los jóvenes.
Métodos
En marzo de 2020, se realizó una búsqueda sistemática de la literatura en tres bases de datos (MEDLINE, SCOPUS, y Web of Science Core Collection). Los elementos del acrónimo PICOS de nuestra pregunta de investigación fueron: i) población (P) objeto de estudio fueron jóvenes de 12 a 35 años; ii) la intervención (I) fue que se preguntara sobre falsas creencias acerca del consumo de shisha; iii) comparación (C) no la describimos; iv) el desenlace (O) fue describir estas falsas creencias; y (v) el diseño de los estudios incluidos (S) es descriptivo. Con estos elementos se construyó una ecuación de búsqueda y se redactaron los criterios de selección: población de 12 a 35 años, preguntar sobre falsas creencias acerca del consumo de shisha, ser un estudio descriptivo y estar redactado en español, inglés, francés o chino. Con la ecuación de búsqueda se obtuvieron de las tres bases de datos un total de 105 estudios. Tras un primer análisis de título/resumen se seleccionaron 15 artículos y tras la lectura completa de ellos se excluyeron 6 que no cumplieron con los criterios de selección.
Resultados
Tras revisar 105 artículos, 9 estudios fueron incluidos en esta revisión. Se han identificado más de una veintena de falsas creencias que han sido agrupadas en cinco temáticas: i) daño para la salud, ii) cantidad de nicotina y adicción, iii) contenido del humo, iv) sabor/aroma a fruta y v) otras creencias. En el ámbito del daño percibido para la salud es donde más opiniones incorrectas se pueden identificar. Es frecuente pensar que la cachimba no es dañina o produce menos daños que el tabaco, incluso se identifican jóvenes que piensan que el daño producido por la shisha está sobrevalorado. También hay bastante confusión con respecto a compartir la boquilla, ya que se piensa que de esta manera no se pueden transmitir enfermedades. Además, muchos de estos jóvenes tienen la percepción de que la cachimba no es adictiva o que lo es menos que el tabaco, de la misma manera que creen que no contiene nicotina o aporta menor cantidad que dicho producto. Añadido a esto, se piensa incorrectamente que las toxinas del tabaco son filtradas en el agua y que el humo no contiene químicos dañinos. Se aprecia también la opinión de que fumar cachimba con sabor/aroma a fruta hace a este hecho más saludable y menos adictivo, incluso que fumar cachimba ayuda a relajarse y a estar delgado. Asimismo, se resalta que fumar cachimba en público está dejando de ser un tabú para la mujer. Por último, se identificaron las creencias que se preguntan con más frecuencia en los cuestionarios y las que se asocian de manera estadísticamente significativa al consumo de cachimba.

Conclusión
Esta revisión sistemática identificó un gran número de falsas creencias entre los jóvenes acerca de la shisha, lo que hace evidente la desinformación existente con respecto al consumo y a sus efectos sobre la salud en este sector etario de la población. Además, a pesar de las diferencias sociales, culturales y en el uso de la shisha de las poblaciones estudiadas en esta revisión, se puede comprobar como en todas ellas existen unas ideas falsas similares. En España, es muy común el consumo de cachimba en cafeterías o pubs e incluso se ofrece con la compra de un número determinado de bebidas. Esto deja en evidencia la política sanitaria tan permisiva que se aplica y que debe de cambiar por el bien de la juventud. Por tanto, es necesario que se apliquen las medidas legales ya existentes y ampliar las formativas de manera precoz en los adolescentes para que tengan una formación veraz y conozcan los daños que les puede causar a su salud. El objetivo es que no se inicien así en el hábito tabáquico a través de las nuevas formas de consumo consideradas como una moda. Por otro lado, para conseguir que la población estudiada en este ámbito sea más homogénea y aumentar así el grado de evidencia de revisiones como esta, es necesario que se realicen más estudios que valoren estas falsas creencias en un número mayor de países. Para finalizar, entre las limitaciones de esta revisión sistemática, se encuentra que la ecuación de búsqueda es restrictiva, no se hizo búsqueda inversa de bibliografía y la población de estudio de los distintos artículos incluidos es heterogénea.

Palabras clave: joven, creencias falsas, shisha, cachimba, encuesta.

Keywords: youth, false beliefs, shisha, survey.

 

INTRODUCCIÓN

El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en todo el mundo (6). Según datos de 2015, el consumo diario de tabaco tenía una prevalencia del 15,2% y se calcula que el tabaco tiene una mortalidad atribuible de 110,7 por cada 100.000 muertes, y 170 millones de años de vida ajustados por discapacidad a nivel global (7). Son datos preocupantes que nos alarman de los nocivos efectos que tiene esta sustancia a nivel poblacional. Tal es su importancia, que el 85-90% del cáncer de pulmón en Estados Unidos está asociado al tabaco (8). Por otro lado, a través de diferentes mecanismos, se ve involucrado en enfermedades, tales como la EPOC (9), enfermedades coronarias (10), en un aumento de la frecuencia de abortos espontáneos (3) o el Alzheimer (11). Afortunadamente, el consumo de tabaco en España está disminuyendo, aunque cada vez más lentamente, situándose en 2017 en 22,08% (12). A pesar de todo, existen tendencias preocupantes que se están poniendo de moda, sobre todo en la población joven, que pueden tener efectos dañinos para la salud. Una de ellas es el consumo de shisha y es la segunda alternativa con tabaco más usada (2) . Se estima que en Estados Unidos el uso de shisha en adultos rondaba el 1,5% en 2014-2015 (13), a la vez que tenía unos 100 millones de consumidores mundiales (14). Además, se sabe que fumar shisha tiene efectos nocivos para la salud y puede provocar adicción, como el tabaco, aunque su contenido en nicotina es variable, pues depende de la marca del carbón utilizado (el cual contiene una mezcla de tabaco y hierbas), que varía entre 1,68 y 11,87 mg/g, en contraste con los 0,5 hasta 19,5 mg/g de los cigarrillos (15). El uso de la cachimba no sólo aporta nicotina, el análisis químico del carbón usado demuestra que contiene una concentración similar de plomo y nitrógeno y una mayor de metales pesados. Incluso contiene 7 carcinogénicos, 39 depresores del sistema nervioso central y 31 irritantes respiratorios (16), además del monóxido de carbono en el humo inhalado procedente de la combustión . Por todo esto, se han encontrado efectos similares a los del tabaco en la salud cardiovascular y respiratoria (4). Entre estos efectos se incluyen el aumento del riesgo de enfermedad coronaria, de insuficiencia cardiaca, de isquemia recurrente y un aumento del ritmo cardiaco, de la presión arterial y de la mortalidad relacionada con estas enfermedades. Por otro lado puede causar enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón, asma y asma infantil, y otras muchas enfermedades más (2). Entre los factores que condicionan esto, encontramos que la cantidad de humo inhalado es cientos de veces mayor que en un cigarrillo (17), realizando un esfuerzo inspiratorio mucho mayor, y llegando el humo a niveles más profundos que con una calada a un cigarrillo. Además, es importante incidir en que una sesión de shisha equivale a una tasa de nicotina 2,5 mayor y una tasa de monóxido de carbono 10 veces más que un solo cigarrillo, lo cual puede advertir de su adicción y de sus efectos sobre la salud (5). Incluso se ha comprobado que compartir la boquilla de la cachimba puede ser un riesgo para la transmisión, no sólo de un resfriado, sino de enfermedades graves como la hepatitis A y la tuberculosis (18).

Parte de la popularidad del producto se debe a su carácter social (4) y existe sobrada evidencia de que es las primeras décadas de la vida cuando el consumo es más frecuente (19,20). Además, los jóvenes están dispuestos a probar productos alternativos al tabaco que se anuncian más saludables (21), por lo que se han de desterrar las falsas creencias para que el consumo de cachimba no sea una moda para continuar con el tabaquismo, ni para que sea la puerta de entrada o la alternativa al consumo del tabaco, puesto que el consumo de cachimba está asociado a fumar cigarrillos (22). Un estudio realizado en jóvenes de Irán aporta que la ventana de iniciación al consumo de shisha es de 12 a 24 años (19). Por este motivo y porque no existe ninguna revisión sobre dichas falsas creencias, está justificado realizar este trabajo. Para ello, estudiaremos a la población joven de entre 12 y 35 años, a la que se le pregunta por sus creencias al respecto del consumo de shisha en estudios descriptivos con el objetivo de describir dichas creencias con el apoyo del acrónimo PICOS descrito anteriormente.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Protocolo y registro

Inicialmente se acordó la elección de la temática de interés y tras ello se realizó, siguiendo las recomendaciones de la guía PRISMA (23), la pregunta de investigación con los elementos del acrónimo PICOS, se describió el objetivo de la revisión y se redactaron los criterios de selección y exclusión. Posteriormente, basándose en lo anterior, se elaboró la ecuación de búsqueda y se decidió qué bases de datos se consultarían para archivar con el gestor de artículos científicos Zotero las referencias resultantes de la búsqueda. Se leyó en un primer momento el título y resumen de todos los artículos de manera independiente y se escogieron los que podían estar de acuerdo con los criterios de selección, de acuerdo con ambos autores, para ser leídos de manera completa tras eliminar los duplicados. Los artículos que no cumplían con dichos criterios fueron excluidos y se realizó un diagrama de flujo para esclarecer el proceso de selección. Después, se realizó la revisión pormenorizada de los artículos para la extracción de datos de manera independiente por ambos autores y, tras ello, se realizó una puesta en común para obtener unos resultados que se pudieran plasmar en esta revisión y para la realización de una tabla resumen. Siempre que hubo un conflicto entre ambos autores se resolvió consultando a un tercer investigador del Proyecto de Innovación Docente.

Por otro lado, el 4 de marzo de 2020, se introdujeron en PROSPERO todos los datos requeridos para el registro y posterior realización de esta revisión.

Criterios de elegibilidad

Para esta revisión, los elementos del acrónimo PICOS se describen a continuación: la población (P) objeto de estudio fueron jóvenes de 12 a 35 años, la intervención (I) fue que se preguntara sobre falsas creencias acerca del consumo de shisha, comparación (C) no la describimos, el desenlace (O) fue describir estas falsas creencias y el diseño de los estudios incluidos (S) es descriptivo.

Inicialmente se pensó en hacer una restricción temporal y sólo incluir los artículos publicados en los últimos 5 o 10 años, ya que el uso de la cachimba se ha popularizado recientemente. Sin embargo, para intentar abarcar un número elevado de artículos se decidió, antes de realizar la búsqueda, no poner ninguna restricción temporal y tampoco de ubicación.

Fuentes de información

Se utilizaron tres bases de datos:  MEDLINE, Web of Science Core Collection y SCOPUS. La búsqueda comenzó el 4 de marzo de 2020 y se realizó por última vez el 9 de marzo de 2020.

Búsqueda

Para la búsqueda en las bases de datos citadas anteriormente se usó la ecuación de búsqueda con términos booleanos: (young* OR adolescent OR teenag* OR infant OR youth*) AND (belie* OR impression OR perception OR opinion OR view* OR judg* OR understand* OR assumption OR knowledg* OR notion OR expectation OR supposition) AND (false OR incorrect OR untrue OR wrong OR erroneous OR unfounded OR fake) AND (hookah OR “water pipe” OR narguile OR shisha) AND (questionnaire OR survey). Como se ha comentado, esta ecuación de búsqueda fue realizada con el uso de los elementos del acrónimo PICOS.  Además, para asegurar que ningún artículo publicado que cumpliera con lo anterior se excluyera en el transcurso de la elaboración de nuestra revisión, se creó una alerta en cada base de datos para que emitiera un aviso con cada nueva publicación.

Selección de los estudios

Los criterios de selección establecidos fueron: población de 12 a 35 años, preguntar sobre falsas creencias acerca del consumo de shisha, ser un estudio descriptivo y estar redactado en español, inglés, francés o chino.

Teniendo en cuenta lo anterior, los estudios que resultaron de la búsqueda en las diferentes bases de datos fueron analizados con la lectura de su título y resumen. Posteriormente fueron eliminados los duplicados y se procedió a leer el texto completo de cada artículo seleccionado. Se excluyeron los que no cumplían con la totalidad de los criterios de selección y se incluyeron en la revisión los que sí los cumplían. Este proceso fue realizado de manera independiente por ambos autores con la posterior puesta en común.

Proceso de extracción de datos

Los datos de los artículos incluidos es esta revisión fueron extraídos con su lectura completa por los dos autores de manera independiente, siguiendo las recomendaciones de la guía PRISMA (23). Posteriormente se pusieron en común para la redacción de esta revisión y para la síntesis de ellos de ellos en un tabla-resumen. Los conflictos en la puesta en común fueron resueltos por la consulta a un tercer investigador del Proyecto de Innovación Docente.

Sesgos de los estudios

Los estudios analizados pueden contener un sesgo de selección. En este sentido, algunos estudios sólo hacen entrevistas y encuestas a personas fumadoras, no pudiendo en este caso extrapolar totalmente las conclusiones de estas personas a la población joven general. Además, las entrevistas se hacen en muchos de los estudios en cafeterías o pubs, por lo que esta población no representa a la totalidad de jóvenes ya que a las personas que se les entrevista sí tienen un mayor conocimiento de la shisha al estar frecuentemente en un establecimiento donde se consume. Por tanto, los jóvenes que rellenan los cuestionarios sólo en cafeterías o pubs no representan de manera fidedigna a la totalidad de la población de jóvenes. A su vez, los estudios analizan contextos muy diferentes entre sí, pues se desarrollan en países muy distintos, donde la prevalencia del uso de shisha es mayor a la occidental. Otro sesgo que podemos detectar es el sesgo del voluntario ya que en bastantes de los estudios el método de recogida de información es mediante una encuesta voluntaria. El grado de información y motivación que pueden tener estas personas que responden puede diferir sensiblemente del resto de jóvenes.

Medidas de resumen y síntesis de resultados

La principal medida resumen que hemos usado es el porcentaje de respuesta a las falsas creencias en los cuestionarios de los diferentes artículos. También se ha usado Odds Ratio y su intervalo de confianza para describir las falsas creencias que están asociadas de manera significativa a su consumo.

Para el manejo de los datos se construyó una tabla que resumiera el contenido principal de cada artículo y también fueron de ayuda las tablas de los estudios que contenían el resumen de las respuestas a los cuestionarios.

 

RESULTADOS

La Figura 1 describe todo el proceso de selección. Tras aplicar la ecuación de búsqueda en las tres bases de datos obtuvimos un total de 105 artículos (4 en MEDLINE, 5 en Web of Science Core Collection y 96 en SCOPUS). Después se excluyeron 7 estudios porque estaban duplicados y 83 estudios porque no coincidían con nuestro objetivo tras leer el título y el resumen. El texto completo de los 15 artículos restantes se leyó y se eliminaron otros seis por no cumplir los criterios de selección. Por tanto, 9 estudios fueron incluidos en nuestra revisión sistemática.

 

 

La Tabla 1 presenta una breve descripción de la muestra, del lugar donde se realizan los estudios, de las falsas creencias observadas y del método de recogida de la información.

 

 

De los 9 artículos incluidos en la revisión, se han identificado más de una veintena de falsas creencias entre los jóvenes y fueron agrupadas en 5 temáticas (Figura 2): daño para la salud, cantidad de nicotina y adicción, contenido del humo, sabor/aroma a fruta y otras creencias.

 

 

Daño para la salud

Es el tema más abordado por la serie de artículos estudiados en esta revisión sistemática. Aquí es donde más falsas creencias se pueden identificar. En cuatro de los estudios revisados se puede encontrar la falsa creencia de que fumar cachimba no es dañino para la salud (20,24–26). Un 6,3% de los universitarios en Turquía encuestados responden que están de acuerdo con la afirmación de que la cachimba no es dañina porque no quema los pulmones (25). Además, se piensa que es menos dañina que el tabaco (24,27), que fumar un cigarrillo de manera ocasional es más dañino que fumar cachimba (28) y que comparado con él no produce cáncer, ni enfermedades cardiovasculares (22) ni aumenta el riesgo cardiovascular (26). La mayoría de los participantes fumadores de cachimba en la encuesta de San Diego (58,3%) creen que es menos dañina que el tabaco (27). El 34,8% de los encuestados en el sureste de Londres cree que la shisha es mejor que los cigarrillos porque no causa cáncer (22). Incluso se piensa que no todas las formas de cachimba son dañinas para la salud (22), que el peligro de fumar cachimba está sobrevalorado (hasta un 48% de los fumadores encuestados en Sudáfrica lo afirman) (28) y que dejar de fumar shisha no mejora la salud (26). Con respecto al tema de compartir la boquilla también se describieron falsas creencias interesantes. Hay jóvenes que piensan que la boquilla debe ser compartida (26) y jóvenes que creen que compartir la boquilla no es dañino (28) o no transmite enfermedades como el resfriado (26). Además, se identifican opiniones incorrectas particulares como que fumar cachimba no puede originar eczemas ni infecciones orales (26).

Cantidad de nicotina y adictividad

Se identifican varias creencias falsas sobre este aspecto.

Con respecto a la cantidad de nicotina, se piensa que la cachimba no tiene nicotina (25,26) o que aporta menos que el tabaco (26,28).

Con respecto a la adicción, existen creencias falsas tales como que fumar cachimba no es adictivo (17,20,25,26) o es menos adictivo que el tabaco (24,28). Hasta un 21,99% de los estudiantes encuestados en Turquía en 2014 están de acuerdo con la afirmación de que no existe una adicción a la nicotina (25), hasta un 58% de los fumadores encuestados en Sudáfrica afirman que no es tan adictivo como el tabaco (28) y hasta el 31,5% de los adolescentes encuestados en Turquía en 2015 piensan que no es adictivo y el 16% no tiene información (26). Incluso se piensa que los fumadores no son más adictos cuanto más fuman o que pueden dejarlo fácilmente (afirmado por el 53% de los encuestados en Sudáfrica) (28).

Contenido del humo

Se llega a pensar que el humo de la cachimba no contiene químicos dañinos (20,28), que la exposición de no fumadores al humo de cachimba no produce enfermedades del aparato respiratorio (26) y que las toxinas del tabaco son filtradas en el agua (22,25,26,28). Es considerable este último aspecto citado, ya que el 25,33% de los universitarios encuestados en Turquía en 2014 (25) y el 33,2% de los encuestados en el sureste de Londres (22) lo creen.

Sabor/aroma a fruta

Varios estudios identifican la falsa creencia de que fumar cachimba con sabor o aroma a fruta es más sano que fumar una simple shisha (22,25,26) o incluso que fumando de esta manera no es adictivo (26). El 29,5% de los participantes en el sureste de Londres afirman que fumar cachimba es más sano que fumar cigarrillos porque usa fruta (22).

Otras creencias

Aquí se pueden identificar otras opiniones incorrectas particulares, tales como que fumar cachimba ayuda a relajarse (hasta un 53% de los fumadores encuestados en Sudáfrica lo afirman) o a estar delgado (28). Con respecto a la mujer, se puede mencionar que en el estudio realizado en Irán se insiste en que actualmente es menos tabú que la mujer fume shisha en público, pero que sea menor no quiere decir que no siga existiendo ese tabú (29).

Los estudios analizados, como se ha comentado en el apartado de Material y Métodos, pueden contener un sesgo de selección y sesgo del voluntario. En algunos de los estudios no se especifican si son o no fumadores los participantes, se realizan sólo en lugares de consumo y se hacen de manera voluntaria. Añadido a esto, las poblaciones de estudio de los diferentes estudios son muy diferentes tanto en la prevalencia del uso de cachimba como social y culturalmente. Resulta, por tanto, difícil poder extrapolar estas creencias a jóvenes de la población general.

 

DISCUSIÓN

Hallazgos principales

La revisión de la literatura en este tema arroja resultados de gran interés. Hay que recalcar que existen una gran cantidad de falsas creencias entre los jóvenes (más de una veintena) acerca del consumo de cachimba, que pueden ser agrupadas en torno a unas temáticas (Figura 2): daño para la salud, cantidad de nicotina y adicción, contenido del humo, sabor/aroma a fruta y otras creencias.

Además, esta revisión ha identificado una serie de falsas creencias que se preguntan con más frecuencia en los estudios. Se podrían resaltar aquí cinco de ellas: fumar shisha no es dañino para la salud, fumar cachimba es menos dañino que fumar tabaco, fumar shisha es menos adictivo que fumar tabaco, fumar cachimba con sabor/aroma a fruta es más sano y que las toxinas del tabaco son filtradas en el agua de la shisha. También tiene suma importancia resaltar el que las cuestiones identificadas en la revisión que más confusión producen en los jóvenes son (por los porcentajes analizados anteriormente en las muestras de los estudios): fumar ayuda a relajarse, el daño de la cachimba está sobrevalorado, es menos dañina que el tabaco y que es menos dañina porque no causa cáncer, es menos adictiva que el tabaco o no es adictiva, se puede dejar de fumar fácilmente y que el humo se filtra en el agua. Se ha visto que incluso existen falsas creencias que se asocian estadísticamente al consumo de cachimba: la cachimba tradicional no contiene tabaco (Odds ratio [OR]: 0,73), no es adictiva (OR:1,63), no se conoce que sea dañina (OR: 0,59), el agua filtra el humo (OR: 2,24) y no se conoce si la cachimba es mejor porque no produce cáncer (OR: 1,15) (22). Para terminar, es necesario que se realicen más estudios que contengan falsas creencias sobre la cachimba en diferentes poblaciones, para conseguir aumentar la validez externa de revisiones como esta.

Limitaciones

Esta revisión cuenta con algunas limitaciones. La más significativa ha sido el uso de una ecuación de búsqueda muy restrictiva, para evitar la inclusión de un gran volumen de artículos que no nos interesan. El hecho de haber incluido términos como “false” ha reducido el número de artículos incluidos inicialmente. Otra limitación sería que los autores no han realizado búsqueda inversa de bibliografía entre las referencias de los artículos seleccionados.

Además, dificulta la labor el hecho de que los artículos contienen muestras de poblaciones muy heterogéneas. La revisión incluye artículos con muestras de Arabia Saudí, Estados Unidos, y Turquía entre otros, con contextos sociales y culturales muy distintos entre ellos. Hay sociedades donde es más común fumar shisha, como el caso de los países de Medio Oriente, lo cual hace que los patrones de consumo sean diferentes. Sin embargo, las creencias que existen en los distintos estudios sí fueron homogéneas. Cabe destacar, por tanto, que en este sentido alcanzan por igual a sociedades muy diferentes cultural y socialmente en las que, a pesar de sus diferencias, la penetración de estas falsas ideas está muy extendida.

Implicaciones para la investigación, la política y la práctica

Los hallazgos de esta revisión sugieren que no existe una información veraz del público general sobre el funcionamiento de la cachimba y de sus implicaciones en salud, pues existe un consumo despreocupado.

Por un lado, este consumo despreocupado podría explicarse por el aspecto social que acompaña al consumo de cachimba. Se consume en países como España, mayoritariamente, en un ambiente de diversión entre jóvenes. Como hemos dicho anteriormente, el consumo es muy frecuente entre amigos, lo que hace muy difícil que un individuo deje de fumar shisha. Lo hace difícil porque se trata entonces de una tarea colectiva, de todos esos amigos, porque si el individuo se propone dejarlo queda excluido de los hábitos del grupo y por tanto estigmatizado. Se puede comprobar en uno de los estudios (29): un joven fumador afirma que para dejar de fumar cachimba primero tiene que abandonar a los amigos. En países como Irán, donde el uso de la shisha está mucho más arraigado y el consumo es más homogéneo entre edades, se puede ver como la cultura además influye y tiene gran importancia. En un estudio realizado en este país (29), un habitante afirma: “La shisha no tiene consecuencias negativas porque nuestros abuelos la han fumado durante muchos años y nada malo les ha ocurrido”.

Por otro lado, uno de los factores más influyentes en el consumo despreocupado de la shisha también radica en una baja percepción del riesgo, pues en la mayoría de estudios, hay una amplia proporción de gente que responde “que fumar cachimba es menos peligroso que el tabaco”, y que “no existe riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares con el consumo de shisha”. Ayuda en esa percepción el uso de sabores frutales, siendo una afirmación muy recurrida en los estudios analizados. Sin embargo, no es poca la evidencia que refuta todos esos datos, pudiendo equiparse su consumo al uso del tabaco (4), pero esa información científica no está en el ámbito social, en la calle. Por tanto, se tiene que resaltar otra posible causa de este consumo despreocupado y de la existencia de estas falsas creencias, la cual es la poca información rigurosa de la que pueden disponer de manera accesible los jóvenes, tanto en centros educativos como en la sociedad.

Es por ello que es necesario hacer un esfuerzo para informar sobre los nuevos productos y formas de consumo de tabaco, que, como vemos, están en constante evolución y cuyas tendencias cambian rápidamente. Es acertado pensar que son necesarias acciones de promoción de la salud, encaminadas a ofrecer a la población toda esta información y con el fin de disminuir futuros problemas cardio-respiratorios derivados de estos productos.

Incluso hay que destacar que, aunque parte de la población encuestada sí sabía de los efectos perjudiciales que tenía la cachimba, no sabía de alternativas para dejarlo. Algunas de las soluciones que se pueden proponer pueden pasar por “educación de iguales” (impartida por personas con alguna característica similar; en este caso, que hayan fumado y una edad similar), la cual ha mostrado ser más eficaz que la educación normativa en la reducción del consumo de tabaco; u ofreciendo alternativas como el deporte (30).

A su vez, es conveniente que en la práctica médica se incluyan algunas acciones para recopilar datos al respecto, y para hacer pedagogía desde la sala, ya que incluso algunos profesionales de la salud tienen falsas creencias sobre el consumo de cachimba (31). Por ejemplo, puede ser útil recoger datos del consumo de productos como el tabaco sin humo o la shisha, pues la población piensa que las consecuencias son distintas y no merecen especial interés. A los fumadores de tabaco, los cuales son más propensos a fumar cachimba (32), se les podría dar información sobre los efectos deletéreos de la shisha, para evitar su uso recreativo.

Por último, sería importante que los gobiernos adopten una actitud más beligerante frente a este problema de salud público, de forma que se cree una legislación que proteja a la población de estos otros productos tabacaleros. En España, contamos con una legislación que prohíbe fumar tabaco a menores, incluyendo los productos como el tabaco de shisha (33). Sin embargo, existe una falta de concienciación e información de la juventud sobre los riesgos que acarrean los productos alternativos al tabaco, tal y como se evidencia en los cuestionarios analizados. Así pues, es necesario que las campañas antitabaco dirigidas a jóvenes incluyan información sobre estos productos, pues los productos alternativos al tabaco pueden iniciar posteriormente el consumo de este producto y los jóvenes son vulnerables a ello (32) y porque se conoce que la ventana de iniciación puede estar entre los 12 y 24 años (19).

 

CONCLUSIONES

Esta revisión sistemática identificó un gran número de falsas creencias entre los jóvenes acerca de la shisha, lo que hace evidente la desinformación existente con respecto al consumo y a sus efectos sobre la salud en este sector etario de la población. Además, a pesar de las diferencias sociales, culturales y en el uso de la shisha de las poblaciones estudiadas en esta revisión, se puede comprobar como en todas ellas existen unas ideas falsas similares. En España, es muy común el consumo de cachimba en cafeterías o pubs e incluso se abona por la compra de un número determinado de bebidas. Esto deja en evidencia la política sanitaria tan permisiva que se aplica y que debe de cambiar por el bien de la juventud. Por tanto, es necesario que se apliquen las medidas legales ya existentes y ampliar las formativas de manera precoz en los adolescentes para que tengan una formación veraz y conozcan los daños que les puede causar a su salud, con el objetivo de que no se inicien así en el hábito tabáquico a través de las nuevas formas de consumo consideradas como una moda. Por otro lado, para conseguir que la población estudiada en este ámbito sea más homogénea y aumentar así el grado de evidencia de revisiones como esta, es necesario que se realicen más estudios que valoren estas falsas creencias en un número mayor de países.

Para finalizar, entre las limitaciones de esta revisión sistemática, se encuentra que la ecuación de búsqueda es restrictiva, no se hizo búsqueda inversa de bibliografía y la población de estudio de los distintos artículos incluidos es heterogénea.

 

DECLARACIONES:

Agradecimientos

Este trabajo forma parte del Proyecto de Innovación Docente coordinado entre la Facultad de Medicina y la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada (UGR), bajo el marco del Plan FIDO 2018-2020 de la UGR (código 563).

Consideraciones éticas

Este estudio no requirió la aprobación de ningún comité ético

Conflictos de interés

Los autores de este artículo declaran no presentar ningún tipo de conflicto de interés.

Financiación

No se ha recibido ningún tipo de financiación para la producción de este artículo.

 

BIBLIOGRAFÍA

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False Beliefs About Shisha Use Among Young People: An Updated Systematic Review

Abstract
Introduction
The use of shisha is widespread worldwide. We found systematic reviews on its use (1), on its health effects (2-4), and on the toxic content of inhaled smoke (5). However, no systematic reviews were found that collected and analyzed false beliefs about its use. Therefore, it is an under-researched topic and these false beliefs need to be described in order to provide more evidence in this field and increase knowledge about shisha use.
Objective
The primary objective of this study is to conduct a systematic review on the existence of false beliefs and perceptions of shisha use among young people.
Methods
In March 2020, a systematic literature search was conducted in three databases (MEDLINE, SCOPUS, and Web of Science Core Collection). The elements of the PICOS acronym in our research question were: the studied population (P) were young people aged 12 to 35, the intervention (I) was to ask about false beliefs about shisha use, comparison (C) was not described, the outcome (O) was to describe these false beliefs, and the design of the studies included (S) was descriptive. With these elements, a search string was developed and the selection criteria were established: 1) population aged 12 to 35 years, 2) questions about false beliefs about shisha use, 3) descriptive studies, and 4) studies written in English, French, Spanish or Chinese. Using the search string, a total of 105 studies were obtained from the three databases. After an initial analysis of titles and abstracts, 15 articles were selected and read thoroughly, after which 6 of them were excluded for not meeting the selection criteria.

Results
After evaluating 105 articles, 9 studies were included in this review. More than twenty false beliefs were identified and grouped into five categories: health harm, levels of nicotine and addictiveness, smoke content, fruit flavor or aroma and other beliefs. Most of these beliefs relate to the perception of risk to health. It is common to think that shisha is harmless or less harmful than tobacco, or that its negative health effects are over-estimated. There is also considerable confusion regarding sharing the mouthpiece, as it is thought that diseases cannot be transmitted this way. Many young people also believe that shisha is not addictive or that it is less so than tobacco, and that it does not contain nicotine or contains a lesser amount of it. In addition, some think that water filters out tobacco toxins and, therefore, the smoke does not contain any hazardous chemicals. Moreover, some believe that smoking fruit-flavored tobacco makes it healthier and less addictive, or even that smoking shisha helps to relax and stay slim. It is also emphasized that women smoking shisha in public is no longer taboo. Finally, we identified the most frequently asked beliefs in the questionnaires and those statistically significant related to shisha use.
Discussion
This systematic review identified a large number of false beliefs about shisha use among young people, making evident the existing misinformation in this age group i regarding its health effects. Furthermore, despite the social and cultural differences, as well as those concerning the use of shisha in the populations studied in this review, all of them showed similar misconceptions. In Spain, shisha use is permitted in cafés and pubs, and it is even included for free with the purchase of a certain number of drinks. This shows that the applied health policy is very permissive and must change for the good of the youth. Therefore, it is necessary to implement the existing legal measures and educate adolescents at an early stage so that they can understand the harmful effects of shisha, and avoid the risk of smoking initiation through new fashionable forms of use. Further research should assess these false beliefs in a larger number of countries to homogenize the population studied. This would increase the evidence provided in similar reviews. To conclude, the limitations of this systematic review include that the search string is restrictive, no backward reference searching was conducted, and the study population of the articles included is heterogeneous.

Keywords: youth, false beliefs, shisha, survey.

INTRODUCTION

Smoking is the leading preventable cause of death worldwide (6). According to 2015 data, the prevalence for daily tobacco smoking was 15.2%. It was estimated that smoking-attributable mortality was 110.7 out of 100,000 deaths and 170 million disability-adjusted life-years globally (7). These figures reveal alarming results about detrimental effects of smoking at a population level. In fact, 85-90% of lung cancer cases in the United States are associated with tobacco use (8). Through different mechanisms, smoking is also associated with diseases such as chronic obstructive pulmonary disease (COPD) (9) coronary heart diseases (10), or Alzheimer (11), and in the increase of spontaneous abortions (3). Fortunately, tobacco use in Spain is decreasing, dropping to 22.08% in 2017 (12), although this is progressively slowing down. Nonetheless, there are certain alarming trends that are becoming popular, especially among young adults, which may have harmful health effects. One such trend is the use of shisha, the second most widely used alternative to tobacco (2). In the United States, the use of shisha in adults was around 1.5% in 2014-2015 (13), while there were 100 million shisha users worldwide (14). Furthermore, shisha smoking is known for its harmful health effects and, like tobacco, it can cause addiction, although its nicotine content may vary depending on the coal brand used (which contains a mix of tobacco and herbs) around 1.68-11.87 mg/g, in contrast to 0.5-19.5 mg/g present in cigarettes (15). Shisha smoke does not only contain nicotine; chemical analysis of the coal used reveals that it contains similar concentrations of lead and nitrogen and a higher concentration of heavy metals. It also includes 7 carcinogenic substances, 39 central nervous system depressors, and 31 respiratory irritants (16), in addition to the carbon monoxide of inhaled smoke derived from combustion. Therefore, effects similar to those of tobacco have been found in cardiovascular and respiratory health (4), including an increased risk of coronary heart disease, heart failure, recurrent ischemia, and increased heart rate, blood pressure and mortality related to these diseases. It may also cause COPD, lung cancer, adult and childhood asthma, as well as  other diseases (2). Among its conditioning factors, it has been found that the amount of inhaled smoke is hundreds of times greater than in a cigarette (17), requiring greater inhalation effort and reaching deeper levels than with a cigarette puff. Moreover, one shisha session is equivalent to 2.5 times higher nicotine levels and 10 times higher carbon monoxide levels than a single cigarette, which may warn about its potential addiction and health effects (5). It has been proven that sharing a shisha mouthpiece  can be a risk for transmitting not only a cold, but severe diseases such as hepatitis A or tuberculosis (18).

Part of the popularity of the product resides in its social nature (4) and there is ample evidence that shisha use is more frequent during the first decades of life (19, 20). In addition, young adults are willing to try alternative tobacco products advertised as healthier options (21). Therefore, the false belief that shisha does not promote other forms of smoking or is not an initiation window to using other forms of tobacco should be rejected, since shisha use is associated with cigarette smoking (22). A study conducted in Iranian adolescents indicated that the initiation window for shisha use was between 12 and 24 years (19). Consequently, the lack of reviews regarding false beliefs about shisha use proves the validity of this study. For this purpose, we selected descriptive studies conducted in young people between 12 and 35 years of age, who were asked about their beliefs about shisha use, in order to describe these beliefs with the use of the PICOS acronym.

 

MATERIALS AND METHODS

Protocol and registration

Firstly, we decided the subject in question and, according to PRISMA guidelines (23), the research question was stated following the elements of the PICOS acronym. Secondly, the aim of the study was described, and the selection and exclusion criteria were  established. Then, according to these aspects, we created the search string and decided which databases would be used, with the aim of collecting the references in a scientific research assistant (Zotero). The next step was to read the title and abstract of each article by both authors independently; those that could meet the selection criteria were selected and, after deleting duplicates, the selected  articles were read thoroughly. Studies that did not meet the selection criteria were excluded from this review. A flow diagram was designed to clarify the selection process. The articles were then reviewed in detail for data extraction by both authors  independently, after which and afterwards, the findings were pooled to obtain data that could be included in this review and to create a summary table. Whenever there was a conflict between the authors, it was solved by asking to a third researcher from the Teaching Innovation Project.

On March 4, 2020 all required data for the registration and subsequent development of this review were introduced in PROSPERO (International Prospective Register of Systematic Reviews).

Eligibility criteria

This review was performed using the PICOS acronym: the population (P) were young adults aged between 12 and 35, the intervention (I) was to ask about false beliefs about shisha use, the comparison (C) was not described, the outcome (O) was to describe these false beliefs, and the study design (S) was descriptive.

Initially, we thought about limiting the search by date to include only articles that had been published in the last 5-10 years, since shisha use has become increasingly popular in recent years. Nonetheless, before carrying out the search, we decided not to limit it by date or location with the aim of gathering the largest number of articles.

Information sources

Three databases were used for this study: MEDLINE, Web of Science Core Collection and SCOPUS. The search started on March 4, 2020 and finished on March 9, 2020.

Search

The search string used in the databases named above included the following terms and boolean operators: (young* OR adolescent OR teenag* OR infant OR youth*) AND (belie* OR impression OR perception OR opinion OR view* OR judg* OR understand* OR assumption OR knowledg* OR notion OR expectation OR supposition) AND (false OR incorrect OR untrue OR wrong OR erroneous OR unfounded OR fake) AND (hookah OR “water pipe” OR narguile OR shisha) AND (questionnaire OR survey). As mentioned before, the search string was designed using the PICOS acronym. In addition,  an alert was created in each database, so the authors would be notified if any new article that met the search criteria was published during the course of the study.

Study selection

The selection criteria established were:  population aged between 12 and 35, discussing false beliefs about shisha use, being descriptive and being written in Spanish, English, French or Chinese.

After applying these criteria, the resulting papers from each database were analyzed by reading only their titles and abstracts. Duplicates were deleted and  selected articles were read thoroughly. Only studies that met all the selection criteria were included.  The authors carried out this process independently and then pooled their findings.

Data collection process

The articles included in this review were fully read by both authors independently and data was extracted  following the PRISMA guidelines (23). The data was subsequently shared  in order to write this review and design a summary table. Any conflict between the authors was  solved by asking a third researcher from the Teaching Innovation Project.

Risk of bias across studies

The studies analyzed may be subject to selection bias. Some  studies only interviewed regular smokers and thus the findings cannot be extrapolated  to young population in general. Additionally, most of the interviews were conducted in venues such as cafeterias or pubs and, therefore, the young adults interviewed do not represent the overall young population. These participants may have a greater understanding of shisha due to being frequently exposed to it in establishments where its use is common place. In turn, studies analyzed very different contexts as they were conducted in countries that differ greatly, where the prevalence of shisha use is higher than in Western countries. Voluntary response bias can be also recognized considering that data collection methods were voluntary surveys in many studies. The degree of information and motivation of these participants may differ substantially from the rest of young adults.

Summary measures and synthesis of results

The main summary measure used in this review was the response rate to false beliefs in the questionnaires of the selected  articles. Odds ratio and its associated confidence interval have been used to describe false beliefs significantly associated with shisha use.

A table summarizing the content of each article was drawn.  Tables of studies containing information from questionnaire responses were also helpful.

 

RESULTS

Figure 1 describes the literature selection process. After entering the search string in the three databases, a total of 105 articles were obtained (4 in MEDLINE, 5 in Web of Science Core Collection and 96 in SCOPUS). Then, a number of studies were excluded: 7 duplicates and the title and abstract of another 83 that did not meet the selection criteria. The full text of the remaining 15 articles was read, after which 6 others were excluded for not meeting the selection criteria. Therefore, 9 studies were included in this systematic review.

 

 

Table 1 presents a brief description of the sample,  the place where the studies were conducted, false beliefs observed, and the data collection process.

 

 

More than twenty false beliefs were detected among young people in the 9 articles included in this systematic review. They were then grouped into 5 different categories (Figure 2): harm on health, amount of nicotine and addictiveness, smoke content, fruit flavor and other beliefs.

 

 

Health harm

This is the most discussed topic in the selected articles studied for this systematic review. Most false beliefs are identified in this section.

In four of the reviewed studies, the false belief that smoking shisha is not harmful to health can be observed (20, 24–26).  A 6.3% of university students surveyed in Turkey answered that they agreed with the statement that shisha is not harmful because it does not burn the lungs (25). It is also believed that shisha is less harmful than tobacco (24, 27), that occasionally smoking a cigarette is more harmful than smoking shisha (28), and that, compared to tobacco, it cannot  cause cancer, cardiovascular disease (22), or increase cardiovascular disease risk (26). The majority of shisha-smoking participants from the survey conducted in San Diego believed that it is less harmful than tobacco (27). 34.8% of respondents in South East London believed that shisha is less harmful than cigarettes because it does not cause cancer (22). It is also thought that not all forms of shisha are harmful to health (22), that the danger of smoking shisha is over-estimated (up to 48% of smokers surveyed in South Africa said this) (28), and that quitting shisha does not improve health (26).

With regards to the mouthpiece, some young people believe it should be shared (26), that sharing it is not harmful (28), or that colds and other diseases cannot be transmitted this way (26). Other misconceptions include thinking that shisha use cannot cause eczema or oral infections (26).

Amount of nicotine and addictiveness

In this aspect, several false beliefs can be identified.

With regard to the amount of nicotine, shisha is thought to be nicotine-free (25, 26) or to contain less nicotine than tobacco (26, 28).

With respect to addiction, there are false beliefs such as that smoking shisha is not addictive (17, 20, 25, 26) or that it is less addictive than tobacco (24, 28). Up to 21.99% of students surveyed in Turkey in 2014 agreed with the statement that addiction to nicotine does not exist (25), up to 58% of smokers surveyed in South Africa said that it is not as addictive as tobacco (28), and up to 31.5% of teenagers surveyed in Turkey in 2015 thought that it is not addictive, while 16% had no information in that respect (26). It is even believed that smokers do not become more addicted the more they smoke or that they can easily quit smoking (as stated by 53% of respondents in South Africa) (28).

Smoke content

It is  thought that shisha smoke does not contain any hazardous chemicals (20, 28), that the exposure of non-smokers to shisha smoke does not cause respiratory tract diseases (26), and that water filters out tobacco toxins (22, 25, 26, 28). This last aspect is particularly remarkable as 25.33% of university students surveyed in Turkey in 2014 (25) and 33.2% of those surveyed in South-East London (22) believed it to be true.

Fruity flavor or aroma

Several studies identified the false belief that smoking shisha with a fruity flavor or aroma is healthier than smoking simple shisha (22, 25, 26) or even that this way of smoking is not addictive (26). 29.5% of participants in South East London said that smoking shisha is healthier than smoking cigarettes because it contains fruit (22).

Other beliefs

Other misconceptions can be identified , such as that smoking shisha helps to relax (up to 53% of smokers surveyed in South Africa claimed this) or stay slim (28). With regard to women,  in the study conducted in Iran it is emphasized that it is nowadays less taboo for women to smoke shisha in public, but that does not mean that the taboo no longer exists (29).

As previously discussed in the Material and Methods section, the selected studies may be affected by a selection bias and a voluntary response bias. Some studies do not specify whether participants are smokers or not and are conducted only in places where shisha is used. In addition, the study populations of the different studies vary considerably regarding the prevalence of shisha use as well as socially and culturally. Consequently, it is difficult to extrapolate these beliefs to young people more generally.

 

DISCUSSION

Main findings

The literature review of this topic yields results of great interest. It should be noted that there exist a large number of false beliefs (more than 20) about shisha use among young adults , which may be grouped into specific categories (Figure 2): health harm,  amount of nicotine and addictiveness, smoke content, fruity flavor or aroma, and other beliefs.

In addition, this review has identified a series of false beliefs that are frequently asked in questionnaires. Five of them could be highlighted: smoking shisha is not harmful to health, smoking shisha is less harmful than smoking cigarettes, smoking shisha is less addictive than smoking cigarettes, fruit-flavored shisha is healthier than simple shisha, and water filters out tobacco toxins. It is also important to stress that the issues identified as more confusing for young adults  are (according to rates previously analyzed in the study samples): smoking helps people relax, the harmful effects of shisha use are over-estimated, , shisha use is less harmful than smoking cigarettes because it does not cause cancer, shisha use cannot cause addiction or is less addictive than smoking cigarettes, it is easy to stop smoking shisha, and water filters out tobacco toxins. Certain false beliefs were even proven to be statistically associated with shisha use: traditional shisha does not contain tobacco (Odds ratio [OR]: 0,73), it is not addictive (OR:1,63), its harmful effects have not been proven (OR: 0,59), water filters out tobacco toxins (OR: 2,24), and it is unknown whether shisha use can cause cancer (OR: 1,15) (22). Finally, further studies which include false beliefs about shisha use in different populations are required to increase the external validity of similar reviews.

Limitations

This review has some limitations. The most significant limitation was the use of a very restrictive search string to avoid the inclusion of a wide range of articles which did not meet the selection criteria. The inclusion of terms such as “false” reduced the number of articles initially included. Another limitation was that authors did not carry out a backward reference search of selected results.

The fact that articles included samples of considerably heterogeneous populations further hindered our work. The review includes articles with samples from Saudi Arabia, USA, and Turkey (among others), with quite diverse social and cultural backgrounds. Shisha use is more common in certain cultures, such as Middle East countries, and thus patterns of use are different. Nonetheless, the false beliefs identified in the studies were homogeneous. Therefore, it should be noted that these beliefs are shared in different social and cultural contexts.

Implications for future research, policy, and practice

The findings of this review suggest that the general public does not have accurate information about shisha use and its health implications, since there is a casual use of it.

This casual use could be explained by the social nature of shisha use. In  Spain, shisha is mostly use  in a fun environment among young adults, who are most frequently friends. Shisha use is thus seen as a communal activity which makes it difficult for individuals to stop, as they could be excluded or stigmatized. This can be seen in one of the selected studies (29) in which  a young smoker claimed that in order to stop smoking shisha, he would first have to stop seeing his friends. In countries like Iran, where shisha use is a deep-rooted tradition and where its use is more homogeneous among certain age groups, it can be seen that culture is a very influential factor. In one study (29) a citizen of this country claimed that the use of shisha does not have any negative health effects as it has been smoked for generations and nothing has happened to smokers.

One of the most influential factors in the casual use of shisha is the low perception of risk. In most studies a large number of the respondents believed that smoking shisha is less harmful than smoking cigarettes or that shisha use does pose aa risk of suffering from cardiovascular diseases.

The use of fruit-flavored tobacco promotes this perception, being a very common statement in the studies analyzed. However, there is ample evidence that contradicts these data, equating shisha use to that of  tobacco (4), but that scientific information is not available for the general public. Therefore, another possible reason for this casual use and for these widespread false beliefs may be the lack of accurate information that can be accessed by young people, either in educational institutions or in society. It is therefore necessary to provide information on new products and forms of tobacco use as these are constantly evolving, the trends changing rapidly. Health promotion actions are needed to provide the population with this information and to  lower the risk of future cardiorespiratory problems derived from the use of these products.

Although part of the study population knew about the harmful effects of shisha use, they did not know how to successfully quit. One of the solutions that could be proposed are ‘peer education’ (in which people who teach the young adults typically share with them certain characteristics, such as being of a similar age or having smoked in the past). This educational method has been proven to be more effective in reducing tobacco consumption than the normative education. Another alternative solution could be to practice sports(30).

It would also be useful  to include  some actions in medical practice to collect data and educate on this matter, since even some health professionals hold false beliefs about shisha use (31). A useful example of these actions could be collecting data about certain products, i.e. smokeless tobacco or shisha, as people  usually think their health implications are different or  are not particularly concerning. Tobacco smokers, who are more likely to smoke shisha, could be given  information about the deleterious effects of shisha, in order to prevent its recreational use.

Finally, governments should take a more belligerent stance to tackle this public health problem, for example, approving legislation that protects the population from these alternative tobacco products. In Spain, there is an anti-smoking law which dictates that citizens under 18 years old are not allowed to smoke, including shisha tobacco (33). Nonetheless, as proved in the analyzed surveys, there is a lack of awareness and information among young people about the risks posed by alternatives to  tobacco. Hence, anti-smoking campaigns aimed at young people need to include information about these other products since their use may subsequently initiate in the use of tobacco. This is essential since young people are especially vulnerable (33), being the initiation window for shisha uses between 12 and 24 years old (19).

 

CONCLUSIONS

This systematic review identified a large number of misconceptions among young people about shisha use. This evinces  the lack of information regarding its use  and health effects in this age group. Despite social and cultural differences, and differences in use in the populations studied in this review,  similar misconceptions exist in all of them. In Spain, it is very common to use shisha in cafeterias or pubs and shisha is even included for free sometimes with the purchase of a certain number of drinks. This proves how the permissiveness of the health policy applied, which should change for the good of young people. The already existing legal measures should be applied and educational measures should be taken in order to provide young people with truthful information on the harmful effects of shisha use.  The main objective should be preventing them from taking a smoking habit through new, fashionable forms of consumption. Nonetheless,  further studies are necessary in order to assess these false beliefs in a greater number of countries, and to make the population studied more homogeneous. This would also provide more evidence for similar reviews.

To conclude, among the limitations of this systematic review are the restrictive character of the search string, the fact that no backward reference searching was performed, and heterogeneous character of the study population of the selected  articles.

 

STATEMENTS:

Acknowledgements

This paper is part of the Teaching Innovation Project coordinated between the Faculty of Medicine and the Faculty of Translation and Interpreting of the University of Granada (UGR), within the framework of the FIDO Plan 2018-2020 of the UGR (code 563).

Ethical concerns

This paper did not require the approval of any ethics committee.

Conflicts of interest

The authors of this paper declare no conflicts of interest.

Funding

No funding was received for the production of this paper.

 

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Idées reçues concernant la consommation de la chicha chez les jeunes: une révision systématique actualisée

 

Résumé
Introduction
L’usage de la chicha (également connue sous le nom de narguilé ou pipe à eau) est répandu dans le monde entier. Nous avons trouvé des révisions systématiques en ce qui concerne la consommation de la chicha (1), ses effets sur la santé (2–4) ainsi que la teneur en substances toxiques de la fumée inhalée (5). Cependant, nous n’avons trouvé aucune révision systématique qui ait recueilli et analysé les idées reçues sur sa consommation. Cela montre donc que les idées reçues concernant la consommation de la chicha est un sujet encore relativement peu étudié et rend nécessaire sa description afin d’apporter de la clarté dans ce domaine et pouvoir ainsi élargir les connaissances sur le narguilé.
Objectif
Cette recherche a pour but d’effectuer une révision systématique des idées reçues au sujet de la chicha chez les jeunes.
Méthodologie
En mars 2020, nous avons effectué une recherche systématique de la littérature dans trois bases de données (MEDLINE, SCOPUS et Web of Science Core Collection). Les éléments de l’acronyme PICOS dans notre question de recherche sont les suivants : I) la population étudiée (P) est constituée de jeunes âgés de 12 à 35 ans ; II) l’intervention (I) consiste à interroger les participants sur les idées reçues concernant la consommation de la chicha ; III) la comparaison (C) n’a pas été décrite ; IV) le résultat (O de l’anglais Outcome) consiste à décrire ces idées reçues ; et V) le schéma d’études incluses (S) est descriptif. Ces éléments nous ont permis de réaliser une équation de recherche et de rédiger les critères de sélection suivants : population d’un âge situé entre 12 et 35 ans, poser des questions sur les idées reçues concernant la consommation de la chicha, être une étude descriptive et être rédigée en espagnol, en anglais, en français ou en chinois. L’équation de recherche nous a permis d’obtenir un total de 105 études à partir des trois bases de données. Après avoir effectué une première analyse du titre/résumé, nous avons sélectionné 15 articles et, après leur lecture complète, nous avons exclus 6 d’entre eux car ils ne répondaient pas à nos critères de sélection.
Résultats
Ces résultats partiels permettent néanmoins, à titre exploratoire, de dégager quelques pistes relatives aux idées reçues. Après avoir examiné en détail 105 articles, seulement 9 études ont été incluses dans cette révision. Il nous a été possible d’identifier plus d’une vingtaine d’idées reçues et de les regrouper en cinq thématiques : risques pour la santé, teneur en nicotine et addictivité, teneur de la fumée, saveur/goût fruité et autres préjugés. C’est en ce qui concerne les effets néfastes pour la santé qu’on a pu trouver le plus d’idées reçues au sujet de la chicha. En effet, une grande partie des jeunes pensent que le narguilé n’est pas nocif et qu’il engendre moins de dégâts que le tabac. Nous pouvons également identifier certains jeunes qui pensent que les dégâts produits par la chicha sont surestimés. On trouve également une grande confusion concernant le partage de l’embout, car l’idée selon laquelle cette pratique ne transmet pas de maladies est également présente. En outre, un grand nombre de ces jeunes ont l’impression que le narguilé n’est pas addictif ou qu’il l’est moins que le tabac, de même qu’ils croient qu’il ne contient pas de nicotine ou qu’il en contient moins que la cigarette. De surcroît, ils pensent à tort que les toxines du tabac sont filtrées dans l’eau et que la fumée ne contient pas de produits chimiques nocifs. Nous avons également relevé une idée selon laquelle le fait de fumer du narguilé au goût/arôme fruité le rendrait plus sain et moins addictif, de même que le fait de fumer le narguilé aiderait à se détendre et à rester mince. L’étude a également révélé que fumer le narguilé en public n’est plus vraiment un tabou pour les femmes. Enfin, nous avons identifié les idées les plus fréquemment interrogées dans les questionnaires et celles qui s’associent de manière significative à la consommation de narguilé.
Conclusion
Cette révision systématique nous a permis d’identifier un nombre considérable d’idées reçues concernant la consommation de la chicha chez les jeunes, mettant en exergue la désinformation qui existe sur la consommation et ses effets sur la santé dans cette tranche d’âge de la population. Par ailleurs, malgré les différences sociales, culturelles et celles présentes dans l’usage de la chicha chez les populations étudiées dans cette révision, on peut constater que des idées similaires sont répandues dans toutes ces populations. En Espagne, il est très courant de consommer le narguilé dans les cafétérias ou les pubs et il est même offert dans ces établissements pour l’achat d’un certain nombre de boissons. Cela met en évidence les politiques de santé menées dans ce pays qui restent très permissives et qui doivent être changées pour le bien de la jeunesse. Par conséquent, il nous semble nécessaire d’appliquer les mesures légales déjà existantes et d’étendre les mesures de prévention chez les adolescents. Ils doivent avoir de réelles informations et prendre conscience des conséquences néfastes que la chicha peut avoir sur leur santé, afin de ne pas contracter une habitude tabagique par le biais des nouvelles formes de consommation considérées comme une mode. D’autre part, afin de rendre plus homogène la population cible dans ce domaine et d’augmenter ainsi le niveau d’évidence des révisions telles que celle-ci, il nous semble essentiel de mener davantage d’études qui évaluent ces idées reçues dans un plus grand nombre de pays. On peut conclure que, parmi les limites de cette révision systématique, on a trouvé que l’équation de recherche était restrictive, qu’aucune recherche inversée n’a été menée à bien et que la population étudiée des différents articles inclus est hétérogène.

Mots clés : jeune, idées reçues, chicha, narguilé, sondage.

Keywords: youth, false beliefs, shisha, survey.

INTRODUCTION

Le tabagisme est la première cause de mortalité évitable dans le monde entier (6). En 2015, la consommation quotidienne de tabac était de 15,2 % et le tabac était responsable d’environ 110,7 sur 100 000 décès et de 170 millions d’années de vie ajustées en fonction de l’incapacité (AVAI) dans le monde. Ces données sont bel et bien inquiétantes et nous alertent sur les effets nocifs de cette substance au sein de la population. Son importance est telle que 85 à 90 % des cancers du poumon aux États-Unis sont associés au tabac (8). D’autre part, par différents mécanismes, il est impliqué dans des maladies telles que la BPCO (broncho-pneumopathie chronique obstructive) (9), dans les coronaropathies (10), dans l’augmentation de la fréquence des fausses couches (3) ou dans la maladie d’Alzheimer. Heureusement, la consommation de tabac en Espagne diminue, bien que cela soit encore lent, s’élevant à 22,08 % en 2017 (12). Malgré tout cela, il existe des tendances inquiétantes qui deviennent à la mode, surtout chez les jeunes, et qui peuvent avoir des effets néfastes sur la santé. L’une d’entre elles est la consommation de la chicha, qui se trouve également entre la deuxième alternative de tabac la plus utilisée (2). Aux États-Unis, la consommation de la chicha chez les adultes était estimée à environ 1,5 % en 2014-2015 (13), et elle comptait environ 100 millions de consommateurs dans le monde (14). En outre, fumer la chicha est connu pour avoir des effets néfastes sur la santé et peut provoquer une addiction, tout comme le tabac, bien que sa teneur en nicotine soit variable notamment en fonction de la marque de charbon utilisée (qui contient un mélange de tabac et d’herbes), qui se situe entre 1,68 et 11,87 mg/g, contre 0,5 à 19,5 mg/g dans les cigarettes (15). L’usage du narguilé n’apporte pas seulement de la nicotine, l’analyse chimique du charbon utilisé montre qu’il contient une concentration similaire de plomb et d’azote et une concentration plus élevée de métaux lourds. Il contient même 7 substances cancérogènes, 39 dépresseurs du système nerveux central et 31 irritants pulmonaires (16), en plus du monoxyde de carbone présent dans la fumée inhalée lors de la combustion. C’est pourquoi des effets similaires à ceux du tabac sur la santé cardio-vasculaire et respiratoire ont été constatés (4). Ces effets comprennent un risque accru de coronaropathies, d’insuffisance cardiaque, d’ischémie récurrente et une augmentation du rythme cardiaque, de la pression artérielle et de la mortalité liée à ces maladies. D’autre part, fumer la chicha peut provoquer une BPCO, le cancer du poumon, l’asthme autant chez l’adulte que chez l’enfant, ainsi que de nombreuses autres maladies (2). Parmi les facteurs qui conditionnent cela, il y a le fait que la quantité de fumée inhalée est beaucoup plus importante que celle d’une cigarette (17), que l’effort d’inspiration est bien plus important, et que la fumée atteint des niveaux bien plus profonds qu’avec une bouffée de cigarette. En outre, il est important de préciser qu’une séance de chicha équivaut à un taux de nicotine 2,5 fois plus élevé et à un taux de monoxyde de carbone 10 fois plus élevé qu’une seule cigarette ; cela peut nous avertir de son potentiel addictif et des effets négatifs que la chicha peut avoir sur la santé (5).  Il a même été démontré que le fait de partager l’embout d’un narguilé peut constituer un risque de transmission, non seulement d’un rhume, mais aussi de maladies graves telles que l’hépatite A et la tuberculose (18).

Une grande partie de sa popularité peut être attribuée à son caractère social (4) et il est largement prouvé que c’est au cours des premières décennies de la vie que la consommation est plus fréquente (19,20). De plus, les jeunes sont prêts à essayer des produits alternatifs au tabac qui sont considérés comme étant plus sains (21), c’est pourquoi il faut bannir les idées reçues afin que la consommation du narguilé ne soit pas une mode pour continuer avec le tabagisme, ni une porte d’entrée ou une alternative au tabac, puisque la consommation du narguilé est associée à la consommation de tabac sous la forme de cigarette (22). Une étude menée chez les jeunes en Iran révèle que l’initiation à la consommation de chicha se situe entre 12 à 24 ans (19). À ce titre et parce qu’il n’existe pas de révision sur ces idées reçues, ce travail est justifié. Pour ce faire, nous étudierons la population jeune âgée de 12 à 35 ans, qui sera interrogée sur son opinion concernant la consommation de la chicha dans des études descriptives afin de décrire ces idées préconçues avec l’appui de l’acronyme PICOS décrit ci-dessus.

 

MATÉRIEL ET MÉTHODES


Protocole et enregistrement

Dans un premier temps, le choix du sujet d’intérêt a été convenu, puis, suivant les recommandations du guide PRISMA (23), la question de recherche avec les éléments de l’acronyme PICOS a été posée, l’objectif de la révision a été décrit et les critères de sélection et d’exclusion ont été rédigés. Par la suite et d’après ces renseignements, l’équation de recherche a été élaborée et nous avons décidé quelles bases de données seraient consultées pour classer les références résultantes de la recherche auprès du logiciel de gestion de références scientifiques et gratuit Zotero. Tout d’abord le titre et le résumé de tous les articles ont été lus indépendamment et ceux qui pouvaient répondre aux critères de sélection ont été choisis, en accord avec les deux auteurs, pour approfondir avec une lecture intégrale après l’élimination des doublons. Les articles qui ne répondaient pas à ces critères ont été exclus et un diagramme de flux a été réalisé pour clarifier le processus de sélection. Les articles ont ensuite été examinés en profondeur pour l’extraction des données, par chaque auteur de manière indépendante, finalisant avec une mise en commun afin d’obtenir des résultats qui pourraient être reflétés dans cette révision et dans la réalisation d’un tableau-résumé. Lorsqu’il y avait un désaccord entre les deux auteurs, il était résolu en consultant un troisième chercheur du Projet d’innovation pédagogique (Proyecto de Innovación Docente).

D’autre part, le 4 mars 2020, toutes les données requises pour l’enregistrement et la réalisation ultérieure de cette révision ont été saisies dans PROSPERO.

 

Critères d’admissibilité

Pour cette révision, les éléments de l’acronyme PICOS ont été décrits comme suit : la population cible (P) est constituée de jeunes âgés de 12 à 35 ans, l’intervention (I) consiste à formuler des interrogations sur les idées reçues concernant la consommation de chicha, la comparaison (C) n’a pas été décrite, le résultat (O de l’anglais outcome) a pour objectif de décrire ces idées reçues et le schéma d’études (S) incluses est descriptif.

Au départ, il était prévu d’imposer une limitation chronologique et de n’inclure que les articles publiés au cours des 5 ou 10 dernières années, car ce n’est que récemment que l’usage du narguilé est devenu populaire. Toutefois, afin d’essayer de couvrir un grand nombre d’articles, il a été décidé, avant d’effectuer la recherche, de ne pas mettre de limitation chronologique ou géographique.

 

Sources d’information

Trois bases de données ont été utilisées : MEDLINE, Web of Science Core Collection et SCOPUS. La recherche a commencé le 4 mars 2020 et a été menée pour la dernière fois le 9 mars 2020.

 

Stratégie de recherche

L’équation de recherche avec des termes booléens a été utilisée pour effectuer des recherches dans les bases de données suivantes : (young* OR adolescent OR teenag* OR infant OR youth*) AND (belie* OR impression OR perception OR opinion OR view* OR judg* OR understand* OR assumption OR knowledg* OR notion OR expectation OR supposition) AND (false OR incorrect OR untrue OR wrong OR erroneous OR unfounded OR fake) AND (hookah OR “water pipe” OR narguile OR shisha) AND (questionnaire OR survey). Comme mentionné ci-dessus, cette équation de recherche a été réalisée en utilisant les éléments de l’acronyme PICOS. De plus, pour s’assurer qu’aucun article publié répondant aux critères de sélection n’avait été exclu au cours de notre révision, une alerte a été créée dans chaque base de données afin d’émettre un avis à chaque nouvelle publication.


Sélection des études

Les critères de sélection établis étaient les suivants : population âgée de 12 à 35 ans, interroger sur les idées reçues concernant la consommation de la chicha, être une étude descriptive et être rédigée en espagnol, anglais, français ou chinois.

Compte tenu de ce qui a été indiqué précédemment, les études résultantes de la recherche dans les différentes bases de données ont été analysées en lisant leur titre et leur résumé. Les doublons ont ensuite été éliminés et le texte intégral de chaque article sélectionné a été lu. Ceux qui ne répondaient pas à tous les critères de sélection ont été exclus et, en revanche, ceux qui répondaient à tous les critères ont été inclus dans la révision. Ce processus a été mené de manière indépendante par les deux auteurs avec une mise en commun des résultats par la suite.

 

Processus de collecte des données

Les données des articles inclus dans cette révision ont été extraites après une lecture complète par les deux auteurs de manière indépendante, en suivant les recommandations du guide PRISMA (23). Ils ont par la suite été mis en commun pour la rédaction de cette révision et pour leur synthèse dans un tableau-résumé. Les désaccords dans la mise en commun ont été résolus en consultant un troisième chercheur du Projet d’innovation pédagogique (Proyecto de Innovación Docente).

 

Biais des études

Les études analysées peuvent contenir un biais de sélection. Dans ce sens, certaines études ne font qu’interroger et sonder les fumeurs, c’est pourquoi leurs résultats ne peuvent pas être extrapolés entièrement à l’ensemble de la population jeune. De surcroît, dans de nombreuses études, les entretiens sont menés dans des cafétérias ou des pubs, c’est pourquoi cette population ne représente pas l’ensemble des jeunes car les personnes interrogées connaissent bien la chicha puisqu’elles fréquentent un établissement où elle est consommée. Ainsi, les jeunes qui ne remplissent les questionnaires que dans les cafétérias ou les pubs ne représentent pas de manière fiable l’ensemble des jeunes. Quant aux études, elles analysent des contextes très différents, car elles sont menées dans différents pays où l’usage de la chicha est plus important qu’en Occident. Un autre biais que nous pouvons détecter est celui du volontariat, puisque dans un certain nombre d’études, la méthode de collecte de données se fait par le biais d’une enquête par sondage volontaire. Le degré d’information et de motivation que peuvent avoir ceux qui répondent au sondage peut différer légèrement du reste des jeunes.

 

Mesures de résumé et de synthèse des résultats

La mesure principale dont nous nous sommes servis est le pourcentage de réponse aux fausses croyances dans les sondages des différents articles. Nous avons également utilisé l’Odds Ratio, ainsi que son intervalle de confiance dans le but de décrire les fausses croyances liées de façon significative à sa consommation.

En ce qui concerne la gestion des données, un tableau résumant le contenu principal de chaque article a été élaboré et les tableaux des études contenant le résumé des réponses aux questionnaires nous ont également été très utiles.

 

RÉSULTATS

La Figure 1 décrit tout le processus de sélection. À la suite de l’application de l’équation de recherche sur les trois bases de données, un total de 105 articles (dont 4 sur MEDLINE, 5 sur Web of Science Core Collection et 96 sur SCOPUS) a été obtenu. Suite à la lecture du titre et du résumé, 7 études ont été exclues en raison de leur duplication, ainsi que 83 autres études, car nous avons réalisé qu’elles ne coïncidaient pas avec notre objectif. Enfin, après avoir lu les 15 articles restants, 6 d’entre eux ont été rejetés car ils ne répondaient pas aux critères de sélection. Par conséquent, seulement 9 études ont été incluses dans notre révision systématique.

 

 

Le Tableau 1 présente une brève description de l’échantillon, de l’emplacement où les études ont été menées, des fausses croyances notées et de la méthode de recueil des informations.

 

 

Sur la base des 9 articles inclus dans la révision, plus d’une vingtaine d’idées reçues ont été identifiées chez les jeunes, qui ont été ensuite regroupées en cinq thématiques (Figure 2) : i) dangers pour la santé, ii) teneur en nicotine et addictivité, iii) contenu de la fumée, iv) saveur ou goût fruité, et v) autres idées.

 

 

Risques pour la santé

 

Il s’agit du sujet le plus évoqué dans les articles relevés pour cette révision systématique, ainsi que celui qui présente le plus grand nombre d’idées reçues. On peut trouver dans quatre des études révisées l’idée erronée selon laquelle fumer du narguilé ne serait pas nocif pour la santé (20, 24-26). Chez les étudiants universitaires interrogés en Turquie, 6,3 % répondent qu’ils concordent avec l’affirmation selon laquelle le narguilé ne serait pas nuisible, car il ne brûle pas les poumons (25). En outre, ils pensent qu’il est moins nocif que le tabac (24, 27), que fumer une cigarette de façon occasionnelle comporte plus de risques que fumer la chicha (28) et que, par rapport au tabac, celle-ci ne cause ni cancer, ni maladie cardio-vasculaire (22), et n’augmente pas non plus le risque d’en contracter (26). La plupart des participants consommateurs de narguilé dans l’enquête de San Diego (58,3 %) considèrent qu’il n’est pas si malsain que le tabac (27). 34,7 % des jeunes interrogés dans le sud-est de Londres affirment que la chicha est meilleure que les cigarettes parce qu’elle ne cause pas de cancer (22). De plus, ils pensent que toutes les formes de narguilé ne comportent pas de risques pour la santé (22), que les dangers de fumer du narguilé sont surestimés — idée soutenue par 48 % des fumeurs interrogés en Afrique du Sud (28) — et qu’arrêter de fumer ne contribue pas à l’amélioration de l’état de santé (26). Enfin, d’étonnantes idées préconçues concernant le partage de l’embout ont été observées. En effet, certains jeunes défendent que l’embout doit être partagé (26), et d’autres pensent que cela n’est pas dangereux et que cela ne transmet pas de maladies telles que le rhume (26). Des opinions incorrectes ont également été observées, comme le fait que fumer du narguilé ne peut pas provoquer d’eczéma ni d’infections orales (26).

 

Teneur en nicotine et addictivité   

Plusieurs idées reçues ont été identifiées à ce sujet.

En ce qui concerne la teneur en nicotine, on considère que le narguilé ne contient pas de nicotine (25, 26) ou qu’il en comporte moins que le tabac (26, 28).

Pour ce qui est de l’addiction, de fausses idées telles que le fait que la consommation de narguilé ne génère pas d’addiction (17, 20, 25, 26) ou qu’il en génère moins que le tabac (24, 28) ont été observées. Jusqu’à 21,99 % des étudiants interrogés en Turquie en 2014 sont d’accord avec l’idée selon laquelle l’addiction à la nicotine n’existerait pas (25), 58 % des fumeurs participants en Afrique du Sud déclarent qu’il n’est pas aussi addictif que le tabac (28), 31,5 % des adolescents interrogés en Turquie en 2015 ne le trouvent pas addictif et 16 % n’ont aucune idée à ce propos (26). Ils pensent même que les fumeurs ne sont pas plus dépendants au fur et à mesure qu’ils consomment ou qu’ils peuvent arrêter facilement (cela a été affirmé par 53 % des jeunes interrogés en Afrique du Sud) (28).

 

Contenu de la fumée

D’autres idées reçues soulignent que la fumée du narguilé ne contient pas de substances nocives (20, 28), que l’exposition des non-fumeurs à la fumée ne cause pas de maladies respiratoires (26) et que les toxines sont filtrées dans l’eau (22, 25, 26, 28). La dernière affirmation mentionnée est assez répandue, puisqu’elle concerne 25,33 % des étudiants à l’université interrogés en Turquie en 2014 (25) et 33,2 % des sondés dans le sud-est de Londres (22).

 

Saveur/goût fruité

Plusieurs études identifient l’idée reçue selon laquelle fumer du narguilé à la saveur ou au goût fruité est plus sain que fumer une simple chicha (22, 25, 26), voire que cela ne génère aucune addiction (26). 29,5 % des participants dans le sud-est de Londres affirment qu’il serait également moins nuisible que fumer des cigarettes parce que le narguilé contient des fruits (22).

Autres idées

Dans cette partie, on peut identifier d’autres idées préconçues assez particulières, telles que le fait que la chicha contribuerait à la détente ou à la perte de poids, idée soutenue par 53 % des fumeurs interrogés en Afrique du Sud (28). En ce qui concerne les femmes, l’étude menée en Iran maintient que le tabou des femmes fumant de la chicha en public a diminué, mais cette baisse ne signifie pas que ce tabou ait disparu (29).

Comme nous l’avons mentionné dans la section de Matériel et méthodes, les études analysées sont susceptibles de présenter des biais de sélection, ainsi que de volontariat. En effet, certaines études ne précisent pas si les participants fument, puisqu’elles ont été menées exclusivement dans les lieux de consommation et où la réponse à l’enquête était volontaire. Outre cela, les populations d’étude diffèrent dans la question de l’emploi du narguilé en tant qu’élément social et culturel. Par conséquent, il s’avère difficile de pouvoir extrapoler ces fausses idées aux jeunes de la population générale.

 

DISCUSSION

Découvertes principales

La révision de la littérature sur ce sujet offre des résultats très intéressants. Il conviendrait de souligner qu’il existe chez les jeunes une quantité considérable d’idées fausses (plus d’une vingtaine) concernant la consommation de la chicha, qui peuvent être regroupées en cinq thématiques (Figure 2) : dangers pour la santé, teneur en nicotine et addictivité, contenu de la fumée, saveur ou goût fruité et autres idées préconçues.

De plus, la révision ici évoquée a repéré une série d’idées qui apparaissent plus fréquemment dans les études. Parmi ces idées, cinq peuvent être soulignées : i) fumer la chicha n’est pas dangereux pour la santé, ii) fumer la chicha est moins nocif que fumer du tabac, iii) fumer la chicha est moins addictif que fumer du tabac, iv) fumer du narguilé à la saveur ou au goût fruité est plus sain, et v) les toxines du tabac sont filtrées dans l’eau de la chicha. En outre, il est très important de mettre l’accent sur les questions identifiées dans la révision comme générant le plus de confusions chez les jeunes. Selon les pourcentages précédemment analysés dans les échantillons des études, les questions générant le plus de confusion sont les suivantes : fumer contribue à se détendre, les dangers du narguilé sont surestimés, celui-ci est moins nocif que le tabac et ce parce qu’il ne cause pas de cancer, il est moins addictif que le tabac ou ne génère pas d’addiction, on peut arrêter de fumer facilement et la fumée est filtrée dans l’eau. Il a été également constaté l’existence d’idées erronées liées statistiquement à la consommation de narguilé : le narguilé traditionnel ne contient pas de tabac (Odds ratio [OR] : 0,73), il n’est pas addictif (OR : 1,63), il n’a pas encore été révélé qu’il soit nocif (OR : 0,59), l’eau filtre la fumée (OR : 2,24) et on ne sait toujours pas si le narguilé est meilleur car il ne provoque pas de cancer (OR : 1,15) (22). Enfin, la réalisation d’études supplémentaires contenant de fausses idées sur le narguilé chez différentes populations s’avère nécessaire dans le but d’augmenter la validité externe de révisions telles que celle-ci.

 

Limitations

Cette révision présente quelques limitations, la plus significative ayant été l’emploi d’une équation de recherche très restrictive afin d’éviter l’inclusion d’un volume considérable d’articles qui ne nous intéressaient pas. L’introduction de termes tels que false a permis de réduire le nombre d’articles intégrés dans un premier temps. À cette contrainte s’ajoute l’absence d’une recherche inversée de bibliographie parmi les références des articles sélectionnés.

De surcroît, la présence d’échantillons de populations très hétérogènes dans les articles rend difficile la mise en place de cette révision. La révision inclut des articles contenant des échantillons d’Arabie Saoudite, des États-Unis et de Turquie, entre autres, avec des contextes sociétaux et culturels très différents. Dans certaines sociétés, tels que les pays du Moyen Orient, fumer la chicha est plus habituel, ce qui rend les modes de consommation variés. Or, les croyances présentes dans les études s’avéraient homogènes. En conséquence, il conviendrait de souligner que ce phénomène atteint sans distinction des sociétés très différentes d’un point de vue culturel et sociétal où, malgré leurs différences, ces fausses idées sont très répandues.

 

Répercussions sur la recherche, la politique et la pratique

Sur la base des découvertes de cette révision, on peut conclure que le public général ne dispose pas d’informations véridiques concernant le fonctionnement du narguilé et ses répercussions sur la santé, car sa consommation est banalisée.

D’une part, cette consommation banalisée serait justifiée par l’aspect social qui l’accompagne. La chicha est majoritairement consommée dans des pays tels que l’Espagne dans une atmosphère divertissante entre jeunes. Comme évoqué précédemment, la chicha se consomme souvent entre amis, ce qui rend la tentative d’arrêt beaucoup plus difficile pour un individu. Il s’agit dès lors d’un devoir collectif, de tous les amis, car l’individu est confronté au risque d’être exclu des activités du groupe et donc d’être stigmatisé s’il décide d’arrêter. En effet, cela est soutenu par l’une des études (29) : un jeune fumeur a affirmé que pour arrêter de fumer du narguilé, il devrait avant abandonner ses amis. Dans des pays tels que l’Iran, où sa consommation est plus enracinée et homogène entre les différentes tranches d’âge, on peut constater l’influence de la culture, ainsi que son importance. Dans une étude menée en Iran (29), un habitant a déclaré « la chicha n’a pas de conséquences négatives parce que nos grands-parents l’ont fumée pendant plusieurs années et rien de mauvais ne leur est arrivé ».

D’autre part, l’un des facteurs les plus influents concernant la consommation banalisée de chicha repose également sur une faible perception du risque, car dans la plupart des études, on retrouve une proportion considérable de personnes qui répondent que « le narguilé est moins dangereux que le tabac » et que « le risque de maladie cardio-vasculaire lié à la consommation de chicha est inexistant ». L’emploi de saveurs fruitées contribue à cet égard, cette affirmation étant très récurrente dans les études analysées. L’évidence réfutant toutes ces données n’est pas rare pour autant, car on peut comparer sa consommation avec celle du tabac (4). Or, cette information scientifique n’est pas présente dans le domaine social, autrement dit, dans les rues. Il faudrait donc souligner une autre raison possible pour cette consommation banalisée et pour l’existence de ces fausses croyances, en d’autres termes, la rareté des informations vérifiées auxquelles peuvent accéder les jeunes, aussi bien au sein des établissements scolaires que de la société.

C’est pourquoi il est nécessaire de faire un effort afin d’informer sur les nouveaux produits et les nouvelles formes de consommation de tabac qui, comme on peut le constater, évoluent constamment et dont les tendances se transforment rapidement. Il est pertinent de penser que des actions de prévention sont nécessaires afin d’offrir toutes les informations nécessaires à la population dans l’objectif de diminuer des risques d’éventuels problèmes cardiorespiratoires dérivés de ces produits.

Il est également important de souligner que, si un secteur de la population interrogée était conscient des effets nocifs du narguilé, il n’était pas au courant des alternatives pour arrêter. Parmi les solutions qui peuvent être proposées, certaines renvoient à « l’éducation des pairs » (dispensée par des personnes ayant des caractéristiques similaires ; dans le cas présent, d’anciens fumeurs d’un même âge), qui s’est avérée plus efficace que l’éducation normative en matière de réduction de la consommation de tabac. D’autres options, telles que l’activité sportive, sont aussi recommandées (30).

Il conviendrait d’intégrer dans la pratique médicale quelques actions afin de recueillir des données sur ce sujet et de faire preuve de pédagogie lors de la consultation, car de fausses croyances sur la consommation de narguilé sont répandues même parmi certains professionnels de santé (31). En particulier, la collecte d’informations sur la consommation de produits tels que le tabac sans fumée ou la chicha pourrait être utile, car la population estime que les conséquences diffèrent et qu’elles ne méritent pas un intérêt spécial. Par ailleurs, dans le dessein d’éviter son usage récréatif, on pourrait envisager d’offrir des informations concernant les effets délétères de la chicha aux fumeurs de tabac, ceux-ci étant plus sujets à fumer du narguilé (32).

Enfin, il serait important que les gouvernements adoptent une position plus belligérante à propos de ce problème de santé publique, de façon à ce qu’une législation protégeant la population de ces autres produits du tabac soit rédigée. En ce qui concerne l’Espagne, le pays possède une législation interdisant sa consommation par des mineurs, y compris des produits tels que le tabac de chicha (33). Il existe pourtant une absence de prise de conscience et d’information chez les jeunes concernant les risques liés aux produits alternatifs au tabac, comme les sondages analysés le révèlent. Il est donc nécessaire que les campagnes anti tabac ciblant les jeunes présentent des informations sur ces produits, car ils peuvent mener par la suite à la consommation de tabac, à laquelle les jeunes sont vulnérables (32). En outre, il a été démontré que l’âge d’initiation au tabagisme se situe entre 12 et 24 ans (19).

 

CONCLUSIONS

Cette révision systématique a identifié chez les jeunes un nombre considérable de fausses idées au sujet de la chicha, ce qui révèle une importante désinformation concernant sa consommation et ses effets sur la santé dans cette tranche d’âge. En outre, malgré les différences sociétales, culturelles et relatives à l’usage de la chicha entre les populations étudiées dans cette révision, on peut constater qu’elles partagent de fausses idées similaires. En ce qui concerne l’Espagne, la consommation de narguilé se produit fréquemment dans les cafétérias ou pubs et il est même offert avec l’achat d’une quantité déterminée de boissons. Ceci met en évidence le caractère permissif de la politique sanitaire menée, qui devrait être modifiée pour le bien de la jeunesse. En conséquence, il est nécessaire d’appliquer les mesures légales déjà existantes et de développer celles de prévention de façon précoce chez les adolescents afin qu’ils possèdent des informations véridiques et prennent conscience des potentiels risques pour la santé. L’objectif est d’éviter leur initiation au tabagisme par le biais des nouvelles formes de consommation considérées comme une mode. D’autre part, il serait nécessaire de mener plus d’études qui révèlent ces fausses idées dans un plus grand nombre de pays afin que la population étudiée dans ce domaine soit plus homogène et d’augmenter ainsi l’évidence de révisions comme celle-ci.

Pour conclure, parmi les limitations de cette révision systématique se trouvent le caractère restrictif de l’équation de recherche, l’absence d’une recherche inversée de bibliographie et l’hétérogénéité de la population d’étude des différents articles inclus.

 

DÉCLARATIONS :

Remerciements

Cet article s’inscrit dans le Projet d’Innovation Didactique coordonné entre la Faculté de médecine et la Faculté de traduction et d’interprétation de l’Université de Grenade (UGR), dans le cadre du Plan FIDO 2018-2020 de l’UGR (code 563).

Considérations éthiques

Cet article n’a nécessité l’approbation d’aucun comité d’éthique.

Conflits d’intérêts

Les auteurs de cet article ne déclarent aucun conflit d’intérêt.

Financement

Aucun financement n’a été reçu pour la production de cet article.

 

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AMU 2020. Volumen 2, Número 1

Fecha de envío:                     Fecha de aceptación:                    Fecha de publicación:

16/03/2020                                06/04/2020                                          29/05/2020

 

Cita el artículo: Torres-Medina J, Zhou-Zhou J.M.H. Creencias falsas sobre el consumo de shisha entre población joven: una revisión sistemática actualizada. AMU. 2020; 2(1):84-119

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